Desde que comenzó la crisis económica, el Gobierno no ha dejado de buscar culpables. Nos han dicho que el problema es de los mercados, que no se les puede dejar sueltos. Que si el capitalismo con sus ricos, sus empresarios, sus banqueros y sus feroces especuladores. Repiten una y otra vez que la crisis es mundial. Efectivamente, y si todos los países han sufrido su azote, ¿por qué España dobla la tasa media de paro de toda la Unión Europea? ¿Por qué tenemos un déficit alarmante? ¿Por qué alcanzamos ya los cinco millones de parados? ¿Por qué hay un millón y medio de familias que no ingresan ni un euro? Todas estas preguntas debería habérselas hecho ya cualquier español que tenga dos dedos de frente. Y si a esos dos deditos les añadimos un poco de raciocinio, se puede llegar a la conclusión de que el mayor culpable del desastre español se llama José Luis Rodríguez Zapatero, y que, como todo canalla, tiene sus compinches: el dúo sindical Méndez-Toxo.
Ahora, cuando llevamos más de tres años destruyendo empleo a pasos agigantados gracias a la ineptitud de Zapatero y a la complicidad de unos sindicatos vendidos al Gobierno, los que se hacen llamar defensores de los trabajadores deciden hacer un poco de ruido y convocar una huelga general. No me digan que no causa repugnancia.
Ahora, cuando llevamos más de tres años destruyendo empleo a pasos agigantados gracias a la ineptitud de Zapatero y a la complicidad de unos sindicatos vendidos al Gobierno, los que se hacen llamar defensores de los trabajadores deciden hacer un poco de ruido y convocar una huelga general. No me digan que no causa repugnancia.
A toda la gente que aún confía en esta casta de sinvergüenzas y que apoyará gustosa la huelga general, me gustaría lanzarle algunas preguntas. ¿Qué han hecho los sindicatos por la clase trabajadora? ¿Cuántos comedores sociales han abierto UGT y CCOO para dar un plato de comida caliente a gente sin empleo? ¿Qué tal ven que Cándido Méndez se codee con banqueros y empresarios en el restaurante del Villa Magna? ¿Y que Toxo se haga un crucero por el Báltico gracias al dinero de los trabajadores que dice representar? ¿Cuántas oficinas han abierto CCOO y UGT para ayudar a personas desempleadas a buscar trabajo?
Un sindicato que no se mantiene de sus cuotas y acepta dinero del Gobierno ya no es un sindicato. CCOO y UGT se han convertido en un tentáculo del PSOE y se alimentan de los impuestos que los españoles estamos obligados a pagar. El próximo miércoles nos darán las gracias a todos los que mantenemos su parasitario nivel de vida impidiéndonos por todos los medios que no lleguemos a nuestro lugar de trabajo. Yo, desde luego, no me resigno a esta gentuza.