domingo, 16 de mayo de 2010

Cariñosa despedida


Nada importa si el juez Baltasar Garzón ha sido suspendido por causas ajenas a su intención de juzgar los crímenes del franquismo. Nada importa que abandone, al fin, la Audiencia Nacional un juez que siempre ha utilizado la justicia para alimentar su ego desmedido. Nada importa que estemos hablando de un magistrado que no ha dudado en estar, según las circunstancias, contra el terrorismo de Estado y con el terrorismo de Estado, contra la ETA y con la ETA, contra las dictaduras de derechas y con las dictaduras de izquierdas, contra Franco post mórtem y con Carrillo pre mórtem, contra la ley cuando molesta y con la ley cuando conviene. Nada de esto importa si nos pasamos el rigor jurídico por el arco de triunfo y preferimos una justicia a la carta. Ése es el tipo de justicia que les pone a los progres, esa rama snob de la izquierda más carca. Están hasta en la sopa. “Lo bueno abunda”, dirán ellos, para contratar. Y tanto abunda que merodean, por ejemplo, por la Audiencia Nacional. Muestra de ello ha sido el espectáculo a modo de homenaje que han dado a su estimado Garzón. Los fieles ayudantes del ególatra juez decidieron montar una de esas escenas típicas de las películas americanas y que traducida al español se queda en el episodio cutre que en realidad fue. Su visión positiva, esa que llaman “progresista”, les hizo aplaudir a su estimado juez desde las escaleras de la puerta de la Audiencia Nacional cuando él la abandonaba. Curiosa escena, ya que ese tipo de homenajes se le suelen hacer a vencedores pero nunca a vencidos. La mirada progresista hace ver cosas imperceptibles para un ser humano mundano. Emotiva escena que ha acaparado los telediarios. Progresista y solidaria. Sí señor. Pero, por fortuna, la justicia española no es Garzón. Existen cientos de jueces y funcionarios anónimos, meticulosos y rigurosos en su trabajo, alérgicos a la fama. Magistrados que cumplen la ley, tal y como está escrita y aprobada en un parlamento democrático, sin inventarla ni violarla por una causa que se considere superior. De modo que, más jueces y menos héroes.


4 comentarios:

  1. Estimada Eva. Pienso, como usted, que en España hay mucho Juez "currito" que sufre la publicidad de este tipo de personajes.

    Pienso también que esta historia no acabará aquí. Ojalá me equivoque pero Garzón y la progresía son mucho Garzón y mucha progresía.

    Saludos cordiales.

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  2. Mairena Por El Cambio:
    Es verdad que a Garzón le quedan aún portadas de periódicos y cabaceras de telediarios que llenar, pero esperemos que con tres causas abiertas su suspensión sea irrevocable.
    Un saludo.

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  3. Amiga Eva. Por algo a la Justicia se la pinta con una venda tapándole los ojos. Porque el juez debe prescindir, en todo momento, del color o ideología del juzgando. Los jueces, por consiguiente, tienen que ser como tu dices en el Post: "meticulosos y rigurosos en su trabajo, alérgicos a la fama". Sobran los jueces estrellas, los politizados y los que van detras de las cámaras para salir todos los días en los medios, que es lo que hacia Garzón. Esperemos que lo inhabiliten de por vida y no pueda jamas volver a ejercer la magistratura. Con ello ganará la justicia.
    Saludos cordiales

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  4. José Luis,
    Yo también espero que la suspensión sea definitiva. Bastante daño ha hecho ya a la justicia.
    Saludos.

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