jueves, 29 de julio de 2010

Prohibir, prohibir, prohibir...

No soy ninguna enamorada de las corridas de toros. Rechazaría una invitación para ver en barrera a José Tomás en las Ventas, junto a la jet set del siete. Pero también es cierto que nunca me colocaría delante de una plaza, desnuda y con mi cuerpo cubierto con pintura roja. Mi sensibilidad me impide disfrutar del espectáculo, pero, por encima de todo, defiendo la libertad. Por eso, me repele ver como se proponen constantemente normas para restringir las libertades y conseguir que los ciudadanos se conviertan en súbditos. Porque, no nos engañemos, la decisión del Parlamento catalán de abolir las corridas de toros en Cataluña es una demostración de fuerza de unos políticos despóticos que constantemente intentan abofetear a España y a los españoles.

Pero, ¿qué sería de Cataluña sin España? Absolutamente nada. Los nacionalistas existen a base de odio y si España desaparece de su discurso político el nacionalismo catalán está muerto. Ese desprecio por todo lo español les lleva, como vemos, a renegar incluso de sus propias raíces. Y es que da la casualidad que Cataluña goza de toda una historia de afición taurina. Qué le vamos a hacer.


martes, 27 de julio de 2010

¡Hasta pronto!

No hace todavía un año, escribí una entrada en este blog dedicada a Raúl González Blanco. Eran malos tiempos. Acababa de comenzar la liga y los ataques empezaban a venir desde todos los frentes, incluido el madridista. Se llegó a hablar de una “merecida” jubilación. Pues bien, la jubilación no ha llegado como les gustaría a muchos, pero sí su adiós al club blanco, al menos como jugador.

Se va el capitán comprometido y provocador de envidias simplemente por representar mejor que nadie los valores que han hecho grande al Real Madrid. Se marcha sabiendo que ya es un mito. No ha dicho “adiós” sino “hasta pronto” porque todo el mundo sabe que regresará cuando termine su carrera deportiva y se incorporará al Madrid de una forma u otra. Se le echará de menos.

Gracias por todo y ¡hasta pronto!





domingo, 25 de julio de 2010

Diez años sobreviviendo

Hace diez años, los socialistas escogían a un desconocido diputado como secretario general de su partido. En aquel acto, la estrategia consistía en elegir a uno para que no saliera otro. Nadie sospechaba entonces que la política de aquel don nadie iba a cambiar tan radicalmente a España.

Hace seis años, los españoles, ante el mayor atentado terrorista de la historia de Europa, no dudaron en ponerse en contra de su Gobierno y culparle por lo sucedido. La historia se repitió. Los ciudadanos votaron a uno para que no saliera otro. Aquello fue el principio de un plan, ¿premeditado o improvisado?, que ha acelerado la descomposición de la nación española. Luego vendrían episodios tan siniestros como la negociación con la banda de asesinos y el desprecio a sus víctimas, la aprobación de un estatuto de autonomía que liquida nuestra Constitución vigente, o el resurgimiento del espíritu cainita guerracivilista que destruye la labor reconciliadora de la Transición. Por no hablar del desastre económico.

El balance no puede ser peor. Pero vivimos en un país que no es normal. El propio Zapatero reconoció en una ocasión que cualquiera puede ser presidente del Gobierno de España. Ahí no se equivocó.




lunes, 19 de julio de 2010

Bendito mundial

Mientras la mayoría de los españoles sigue aún bajo los efectos de la resaca futbolera, los altavoces del Gobierno siguen suministrando papilla oficial. Hace pocos días, pude ver en TVE al ministro Sebastián afirmando que la victoria española en el mundial de fútbol dará un empujoncito a la economía. Ni siquiera le cambió el color de la cara. Será por el autobronceador. ¿Un nuevo balón de oxigeno? ¿Nacerán por fin aquellos famosos hierbajos de los que hoy nadie se acuerda? Viniendo del Gobierno lo único que puede brotar es un cardo borriquero. Pero lo cierto es que el triunfo de la Selección ha dado optimismo, hemos disfrutado pensando que somos alguien y nos hemos sentido españoles. Ya nos lo dijo Barceló y Buenafuente: “esto sólo lo arreglamos entre todos”. La crisis sólo existe en nuestras mentes. Podemos ver una maravillosa rosa roja donde hay una ortiga. Somos nosotros, cenizos por naturaleza, los que nos empeñamos en ver los cinco millones de parados, el cierre de setecientas pymes diarias o la liquidación de la nación española. Don’t worry, be happy.


jueves, 8 de julio de 2010

Mi pulsera

Acostumbraba a llevar, orgullosa, una bandera española a modo de pulsera en la muñeca izquierda, junto al reloj. Muchos eran los que, al verla, me miraban de forma extraña. Era la mirada habitual del ignorante común. Esto me ocurría a mí antes de que la mayoría de los españoles enloqueciera con los triunfos de la Selección. Ahora, estos mismos han decidido disfrazarse de Manolo el del bombo. Se emocionan juntos, sufren juntos, gritan juntos, en definitiva, se sienten unidos cuando, en realidad, nunca han estado más separados. Y cuando todo el mundo decide colocar banderas españolas en los balcones, en las antenas de los coches y en los salpicaderos, mi pulsera desaparece de mi muñeca. Esta euforia, tan repentina como vacía, y este patriotismo de quita y pon pronto acabarán. Cuando termine el Mundial, derrotados o triunfantes, dejarán de utilizar nuestra bandera de forma tan obscena y volverá al fondo de un cajón. Sólo entonces, mi querida pulsera regresará a su lugar.