jueves, 30 de julio de 2009

Cincuenta años sin paz

El 31 de julio de 1959, coincidiendo con la festividad de San Ignacio de Loyola, un grupo de militantes y dirigentes del PNV decidieron emanciparse y crear su propio grupo terrorista. Nacía, para desgracia de los españoles, Euskadi Ta Askatasuna. Cincuenta años después, aún vivimos en el infierno que decidieron crear.

Los atentados de Burgos y Mallorca no han sido sólo la celebración del aniversario de ETA, significan algo más. Significan que estos asesinos aún conservan la esperanza de que nos dobleguemos ante sus exigencias.

Ahora Rubalcaba nos alerta de que “ETA es una banda de salvajes asesinos enloquecidos”, los mismos “locos” con los que hace bien poco él y sus camaradas socialistas se daban el pico. Todavía recuerdo, y espero acordarme toda la vida, de cuando Zapatero nos quería convencer de que esta gentuza eran hombres de paz y que sus acciones eran meros accidentes. Hoy, los medios afines al gobierno se encargan de no recordar aquel mal llamado “proceso de paz”, en el que se humilló y despreció de una manera vergonzosa a las víctimas del terrorismo.

Lo cierto es que ETA sigue creyéndose capaz de obligar al gobierno de España a negociar sus exigencias, razones no le faltan. El dialogo está reservado para personas civilizadas, ellos no aceptan ninguna negociación, ellos imponen, y si no se aceptan sus premisas, matan. Espero que algún gobierno en lugar de dedicarse a dialogar con criminales acabe definitivamente con ellos.

Mi más sincero pésame a los familiares de los guardias civiles fallecidos, Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salva Lezaun.


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