jueves, 19 de noviembre de 2009

Alakranas y calamidades

Después de más de un mes de aventura pirata en aguas del Índico, la cosa ha acabado como nos podíamos imaginar, un país cediendo a las exigencias de unos delincuentes. Y es que en esta clase de negociaciones al Ejecutivo le sobra experiencia. Hemos tenido que ver la inactividad de Chacón, el capricho de Maritere de hacer desfilar a un par de piratas por la Audiencia Nacional, que si la muela dice que es menor, que si ahora mayor, que no, que sí, que si las familias de los pescadores aparecen en los medios haciendo críticas al Gobierno, luego se vuelven mudas en cuanto hablan con ZP, que si nos hacen otra demostración de que Moratinos ni pincha ni corta, en fin, todo un espectáculo dramático.

Afortunadamente, en esta ocasión, la incompetencia del Gobierno no ha costado vidas humanas. Sin embargo, Zapatero no podía dejar pasar la ocasión de hacer quedar a España una vez más como lo que es desde que él es presidente, un cero a la izquierda. Porque, al fin y al cabo, ¿qué significa para el Gobierno la dignidad nacional, la integridad de nuestro Estado de Derecho y la respetabilidad de nuestras instituciones? Esta claro que nada. Si a todo esto añadimos la opacidad informativa con la que ZP ha “gestionado” el secuestro del atunero, el grado de desvergüenza supera cualquier límite. Ni una explicación acerca de los 2,7 millones de euros entregados sin condiciones a una pandilla de piratas somalíes. Eso sí, no debemos hablar del tema, porque, como muy bien a dicho nuestro presidente, “El Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer”. Hoy ya comenzábamos a enterarnos del uso que está dando esta gentuza a nuestra limosna: bodas, orgías, drogas, prostitutas, etc. Vamos lo normal. Paga España. Ahora, y como chupinazo final fin de fiesta, nos dicen que hay que alegrarse porque el objetivo era que todos los marineros llegaran a casa en buenas condiciones. De la Vega ya se ha encargado en el Congreso de acusar de estar del lado de los piratas a cualquiera que critique la actuación del Gobierno. Muy bien señora vicepresidenta, si los que no nos creemos ni una palabra de lo que dicen y conocemos su mala fe somos complacientes con los piratas, usted me dirá lo que son ustedes, que siempre se han encargado de financiar a gentuza y negociar con todo tipo de calaña. La indignidad, indecencia y desvergüenza de los miembros del Gobierno no conoce límites.


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