jueves, 1 de octubre de 2009

La doble moral de Almodóvar

El legionario de la causa zapateril ha tomado la valiente decisión de salir de la madriguera, la misma en la que llevaba oculto desde el año 2004, cuando ZP ganó las elecciones, gracias en parte al bombardeo mediático con que su lobby intoxicó a la sociedad. El motivo no ha sido manifestarse en protesta por los 5 millones de puestos de trabajo destruidos por el Gobierno, ni por la subida brutal de los impuestos, y ni mucho menos para pronunciarse en contra de la guerra de Afganistán. La razón ha sido muy diferente, pues ha decidido mostrar su solidaridad hacia el director de cine Roman Polanski, que ahora tiene que rendir cuentas ante la justicia por haber drogado primero y violado después a una adolescente de 13 años en 1977. Y es que, para el artista de la ceja, la vara de medir varía notablemente en cuanto a longitud se refiere cuando se trata de que el peso de la ley recaiga sobre los ciudadanos.

Para algunos miembros de la cuadrilla de chupópteros de la teta del Estado no es justo que un hombre de talento notable, director de películas tan conocidas y laureadas como El Pianista, sea igual que todo ciudadano cuando se le juzga por haber cometido un grave delito. Ellos son una casta superior al resto de los mortales. Sus “dotes divinas” les hacen merecedores de un trato distinto al resto. Y eso que defienden el socialismo como la ideología justa que apuesta por la igualdad entre las personas. ¿Es justo que la justicia haga distinciones? Y sobre todo, ¿Es justo que un grupo de gente viva gracias a los impuestos que pagamos todos con nuestro trabajo?

Si el talento nos permitiera estar exentos de rendir cuentas ante la justicia, tendría que ponerse en tela de juicio el talento de todo hijo de vecino. O es que acaso ¿sólo existe talento en el séptimo arte? Y si no es así, ¿por qué debe acudir a la cárcel, por ejemplo, un empresario que ha tenido talento, creatividad y valentía para fundar una empresa, pero que ha cometido un grave delito? Porque en tal caso, existe talento y , sobre todo, solidaridad al crear empleo, sin embargo, eso no le exime de pagar las consecuencias de sus actos delictivos, como deber ser.


2 comentarios:

  1. Pues sí, aquí tenemos a Almodovar, el divo zapaterino en su máximo esplendor, cuando ni en su pueblo, Calzada de Calatrava, le quieren por unos asuntillos sucios de su juventud, muy muy similares a los del tal Polanski.
    Quizas, Eva, sea por eso que este degenerado que muchos alaban, está a favor de que los artistas, o los que piensan que lo son, tienen derecho de pernada.
    Saludos y sigue con tu blog.

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