sábado, 26 de diciembre de 2009

Feliz Navidad

Feliz Navidad a todos los que pasan estos días lejos de sus seres queridos. A todos aquellos que, debido a la enfermedad, celebran estas fiestas entre las cuatro paredes de una habitación de hospital. A todos los ancianos que pasan sus últimos días en soledad repartidos por residencias españolas. A todas las personas sin recursos que se encuentran en albergues o pasan los días al calor de unos cartones. A los nuevos pobres y a todas las familias que celebran esta Navidad en comedores de Cáritas. Y en especial a todos los niños, a los que un año más se quedarán sin juguetes y a los que por primera vez verán como los Reyes Magos no hacen en su casa la parada tradicional.

A todos os deseo salud, amor, paz y, en definitiva, felicidad.

Feliz Navidad y próspero año 2010.


sábado, 19 de diciembre de 2009

Por todo lo destrozado

¿Por qué han tenido que coincidir en el tiempo la crisis mundial más feroz desde la del 29 y el Gobierno más incompetente que ha estado al frente de España? Como dirían aquellos temerosos de Dios ¿Qué pecado hemos cometido?

La nefasta experiencia puede servir para tomar conciencia de la responsabilidad que supone acudir a las urnas para elegir a nuestros dirigentes, aunque siendo realistas, que no pesimistas, no servirá más que para contar a nuestros nietos que tuvimos un Gobierno que gobernó contra la mitad de los españoles, que fue capaz, emborrachado de mezquindad y soberbia, de destruir en pocos años la prosperidad y el lugar internacional que ocupaba el país que le entregaron.

Si Rodríguez Zapatero no toma en consideración ninguno de los consejos de política económica lanzados por las organizaciones internacionales y, dejándose llevar por su ignorancia y sectarismo, toma decisiones radicalmente opuestas a las aconsejadas, si continuamente subestima las noticias que nos advierten del peligro que corre España en la zona euro, y si los inversores huyen despavoridos al contemplar el panorama económico, no cabe ninguna duda que estamos ante un psicópata plenamente consciente de sus actos, perfectamente conocedor del pozo negro en el que se ha empeñado hundir a nuestro país.

“No se responsabilizan en el gobierno de España” decía hace unos días nuestro presidente refiriéndose a la oposición. Desde luego que no se responsabilizan. Si alguien no ha cometido el asesinato con ensañamiento de la nación española, sería de locos declararse culpable. ¿Por qué tendrían que responsabilizarse del hundimiento de todo un país? ¿Por qué se van a responsabilizar del resurgir de los odios que dejamos atrás en la Transición? No se debe cargar con responsabilidades ajenas, con el mal que otros hicieron a sabiendas.

Ese quinto jinete del Apocalipsis que se apeó del caballo y optó por el tren para llegar a la Moncloa hace más de cinco años, y que muchos se empeñan en ver como un ángel (exterminador, diría yo), está dejando un reguero de destrucción del que tardaremos muchísimos años en recuperarnos.


sábado, 12 de diciembre de 2009

La desvergüenza sale a la calle

Definición de parásito según la RAE: “Organismo animal o vegetal que vive a costa de otro de distinta especie, alimentándose de él y depauperándolo sin llegar a matarlo”.

Los liberados parasitarios, apoyados por algunos titiriteros, han salido hoy a la calle con el lema “No se aprovechen de la crisis”. Tan irónico como siniestro. Los 450 millones de euros que llevan recibidos por parte de Zapatero pesan y es necesario cumplir con la parte del trato. Por ello han decidido manifestarse contra los empresarios, los beneficiarios de la crisis, los únicos responsables de los problemas de nuestra economía, es decir, los que cierran sus negocios, se arruinan y se quedan con una mano delante y otra detrás. Con un par, sí señor.

Zapatero, por supuesto, no tiene nada que ver con la brutal destrucción de puestos de trabajo y con que 9 de cada 10 empleos que se destruyen en la UE se hagan en España. Sin embargo, cuando nuestro país generaba 2/3 del trabajo total creado en Europa sí tocaba manifestarse contra el Gobierno, pero claro, en aquellos tiempos gobernaba la derecha y era necesario expulsarla del poder como fuera. Ahora estamos en la España de Zapatero, y aunque como decía Karina cualquier tiempo pasado nos parece mejor, los españoles tenemos que soportar que ésta sucia legión parasitaria tenga representatividad cuando se trata de tomar decisiones.

Señores proletarios que nunca han visto una mina: Marx murió hace tiempo y el discurso de la lucha de clases no tiene ya cabida, ahora la sociedad se divide entre los que viven gracias a su trabajo y los que viven con el trabajo de otros. Los parados quieren un empleo y da vergüenza ver como son “representados” por una panda de sinvergüenzas que a lo que único que aspiran es a seguir chupando de la teta del Estado. De modo que dejen de insultar a la inteligencia cuando hablan de defender a los trabajadores. La mejor forma de defender al trabajador es creando empleo, y si deciden no crearlo, por lo menos valoren el trabajo de otros que deciden sí hacerlo y tirar del carro de la economía.

En fin, como todo esto caerá en saco roto, a seguir tragando, y pagando, claro.



jueves, 10 de diciembre de 2009

En apoyo a Hermann Tertsch

Cuando aquí ocurren hechos típicos de una feroz dictadura, impensables en un país teóricamente democrático, salen a la luz las miserias que nos hacen ser cada vez más conscientes del sistema que nos gobierna. Si el poder se encarga de desprestigiar a una persona para después intentar quitarle del medio por el mero hecho de pensar como no está establecido no podemos decir que vivimos en lo que hoy llamaríamos una sociedad democrática y moderna.

Para la izquierda, aquellos que logran escapar del pensamiento único y tienen la capacidad de influir en los demás molestan, y mucho. Sobre todo molestas si eres un periodista de prestigio capaz de echar abajo todo un tinglado de ideología progre. Tanto molestan que no sólo vale con expulsarlos de un medio, sino que es necesario que desaparezcan por completo. Afortunadamente “los molestos” son huesos duros de roer, gente con principios e ideas muy sólidas, periodistas de raza, valientes, que no se dejan amedrentar y, por supuesto, no se callan. Así lo demostraba el propio Hermann Tertsch, en su columna de ABC el martes pasado, recién agredido, donde no se mordía la lengua a la hora de apuntar en una dirección: la policía política de “Fouché Rubalcaba”, apodo muy acertado con el que se refiere en sus artículos al héroe del 13M. De sobra es conocida la afición de nuestro ministro del Interior de andar siempre metido en los asuntos más apestosos de la política española.

Por cierto, la audiencia de Wyoming, que se desternillaba de risa mientras veía el montaje canalla a la vez que ingería toneladas de basura progre, desconocía que en esos momentos quien verdaderamente disfrutaba de lo lindo era su presidente ZP comprobando cuan fieles y serviles son los trabajadores de su mimado Roures. Se les da muy bien devolver favores al Gobierno en forma de trabajo sucio.


domingo, 6 de diciembre de 2009

Nuestra libertad en peligro

Internet ha revolucionado el mundo de la comunicación. Nunca antes se había tenido la oportunidad de acceder a la información de forma tan fácil, rápida y barata. Pero además de informarse, cualquier persona tiene la oportunidad de exponer sus impresiones, pudiendo ser leídas por cualquiera desde cualquier parte del Mundo. Para quienes no estamos sometidos a nada ni a nadie y, por tanto, somos libres para expresar nuestras ideas, la red es nuestro único altavoz.

Lo que dota a internet de libertad es que escapa al control de los poderosos grupos multimedia, y en consecuencia, al control de los gobiernos. La incapacidad de los políticos para controlar un medio en el que todo es criticable hace ponerles muy nerviosos. Internet es demasiado para el poder político, por ello, tienen que recurrir a excusas como la de proteger la propiedad intelectual para obtener la potestad de censurar páginas web y blogs sin necesidad de una intervención judicial. Puro desprecio por la libertad. Puro afán intervencionista, totalitario, socialista a fin de cuentas.

Combatir la delincuencia es una tarea que corresponde exclusivamente a la justicia. Si en la red se comete algún delito debe ser perseguido, al igual que en cualquier otro ámbito. Ningún gobierno debe tener el poder de regular internet a su antojo, ni siquiera para perseguir la piratería, de otro modo, se les dará la oportunidad de censurar cualquier aspecto que consideren incómodo. Si el PSOE consigue hacerse con el poder que pretende, aunque Zapatero ya se haya encargado de lanzar un balón de oxígeno desautorizando a la ministra González Sinde, no tendrá límites. No se puede bajar la guardia, nuestra libertad está en juego.


jueves, 3 de diciembre de 2009

Un forofo en Estoril

El domingo pasado se inauguraba la Cumbre Iberoamericana. Tocó en Estoril, lugar muy familiar para nuestro jefe del Estado. Esta vez no pudo encontrarse con el gorila venezolano para recordar numeritos pasados. Tampoco acudió Fidel, para disgusto de nuestro presidente. Las ocho de la tarde era la hora prevista para el comienzo del acto y, respetando esos quince minutos de cortesía aún tratándose de gente que viaja cortando el tráfico allí por donde pasa, todas las delegaciones de los países participantes se fueron acomodando. Todas menos la española. A las 8.15 cuando todo estaba dispuesto para dar comienzo a la reunión, los allí presentes se percataron de que el rey de España estaba sólo, sin la compañía del presidente del gobierno. Al parecer la cara de Juan Carlos era un poema, echaba humo. Mientras tanto nuestro ZP se encontraba eufórico viendo el partido Barcelona - Real Madrid y dio orden a su séquito de no mover ni un dedo hasta que el árbitro pitara el final del encuentro. Zapatero no dudó en prescindir de las obligaciones que su cargo exige y tuvo el descaro y la mala educación de acudir a las 8.45, con el partido ya terminado. Lógicamente, a los asistentes no les sentó nada bien aquel desplante y la única cara de satisfacción en aquella mesa debió ser la de ZP. Su equipo ganó, aunque por la mínima y no como a él le hubiera gustado. Desconozco si esa noche acabó celebrando la victoria culé como Laporta. Ganas no le faltarían. Estilo tampoco.

martes, 1 de diciembre de 2009

El optimismo español

Leía esta mañana un artículo muy interesante en Libertad Digital titulado La crisis invisible: el perfil de los crisiescépticos. Según cuenta, y aunque a algunos nos cueste creerlo, existe una parte de la población para la que la crisis económica no existe, es algo de lo que se habla en los medios y poco más. Los psicólogos han llamado a este individuo “adulto inconsciente”. Si Eduardo Punset afirma que “por naturaleza tendemos al optimismo porque es lo que nos permite sobrevivir”, parece ser que, en el caso de los españoles, a esto hay que añadir la burbuja que nos creamos para protegernos ante amenazas exteriores y el afán de no querer enterarnos muy bien de lo que pasa, lo que, en definitiva, nos hace seguir. “¡Bastantes problemas tengo ya!“ suele ser el argumento más utilizado. Supongo que nadie está exento de ellos.

Algunos interrogantes que se plantean son ¿Por qué España sigue estando en la inopia? ó ¿A qué se debe esa frivolidad? A mi juicio todo esto es debido, en primer lugar, al repugnante sistema educativo español fabricante de analfabetos, pero eso sí, con título, y no de analfabetos precisamente, y en segundo lugar, a una telebasura creadora de electroencefalogramas planos. Si a todo esto le sumamos el carácter español propenso al conformismo, nos queda un cóctel explosivo.

Interesantísimos, por otra parte, mis viajes en autobús y en metro, en los que casi a diario escucho alguna conversación ajena que no tiene desperdicio. Esos diálogos de la España de Zapatero siempre acaban por producirme una sonrisa que poco a poco acaba por transformarse en una mueca de frustración y desesperanza. “Pues yo no sé donde está la crisis. Los restaurantes y los campos de fútbol están llenos”. Claro señora. Aún vivimos en un país avanzado y desarrollado. Aún no dormimos entre cartones y comemos caliente. ¿Tenemos casi 5 millones de parados? Ya cobramos el paro. ¿Los bancos están en quiebra? Bastante han “chupao”. ¿Zapatero nos ha metido en este agujero? Si total, todos son iguales. ¿Somos uno de los nuevos países pobres de Europa? ¿Mande?

Sano y peligroso a la vez es ese optimismo a flor de piel, tan arraigado en el carácter español. Nada recomendable para el avance de la sociedad y el desarrollo de la democracia.